LOS PUEBLOS AFRICANOS SE INDEPENDIZAN


En los tiempos en que Stanley realizaba su expedición era muy escasa la porción del territorio africano que dominaban los europeos: los franceses tenían algunas colonias en Argelia, los ingleses pequeñas posesiones en la costa oeste, y los holandeses dominaban en la extremidad meridional, de donde fueron arrojados por los ingleses después de la guerra anglo-bóer.

Durante las dos últimas décadas de la pasada centuria, y principios del siglo xx, los europeos comenzaron a penetrar en el corazón de África y a repartirse la soberanía de extensas zonas. Muchas tribus fueron sometidas a sangre y fuego, y otras pactaron con los blancos. Los belgas ocuparon el Congo, que al principio fue una posesión personal del rey Leopoldo II, a la que se llamó Estado Libre del Congo, y luego pasó a depender del Estado belga. Ingleses y franceses aspiraron al dominio de casi todo el continente, pero ninguno de los dos logró la total supremacía. Francia poseyó la mayor extensión de territorio ocupado, pero los británicos se aseguraron los de más valor económico; Alemania también estableció algunas colonias, pero las perdió como resultado de su derrota en la primera Guerra Mundial, y el mandato sobre las mismas pasó a Gran Bretaña y Francia. Entonces los solos países independientes en toda África eran Egipto, Abisinia y Liberia. Italia conquistó el reino de Abisinia poco tiempo antes de la segunda Guerra Mundial; su posterior derrota devolvió la independencia a Etiopía, a la que fue anexada Eritrea.