ARTISTAS DE LAS ESCUELAS VENECIANA Y FLAMENCA


Durante la segunda mitad del siglo xiv y comienzos del xv, los primeros escultores venecianos pertenecen a la familia Masegna. Luego siguieron Pedro Niccoló, de Florencia, y Juan de Martino, de Fiésole. quienes trabajaron en colaboración y esculpieron una hermosa tumba destinada al dux Mocenigo. Donatello talló una hermosa estatua de san Juan Bautista, y Antonio Rizzo, uno de los arquitectos del Palacio Ducal, dio pruebas de ser hábil escultor, pero por su conducta tuvo que huir de la ciudad del Adriático.

Entre los escultores venecianos de esa época se destacaron también los Lombardos, cuyos datos biográficos no son muy conocidos, aunque abundan las obras que realizaron. El más famoso de todos fue Pedro, que murió en la primera mitad del siglo xvi; trabajó en el palacio de los dogos de Venecia, en la tumba de Dante, en Ravena, y en la torre del reloj de San Marcos, de Venecia.

Tuvo tres hijos que también fueron célebres: Tulio, Antonio y Julio; se conocen además otros dos Lombardos, Sante y Moro Lombardo. Todos ellos fueron escultores y algunos se dedicaron a la pintura. En el taller de los Lombardos trabajaron otros artistas, como Alejandro Leopardi (1488-1545), cuya fama ha llegado hasta nuestros días. Dos obras le dieron inmortalidad: las majestuosas astas de las banderas que se levantan delante de San Marcos y sus bocetos para la estatua de Bartolomé Colleoni, famoso soldado veneciano que vivió en el siglo xv, quien durante sus campañas militares había reunido una inmensa fortuna que a su muerte dejó, junto con sus caballos y armas, al Estado, con la condición de que se levantara un monumento a su memoria.

El deseo de Colleoni se cumplió con creces pues la fama que le dio la belleza de la estatua que le erigieron, mantuvo vivo el recuerdo de sus hazañas hasta nuestros días.