Van Dyck, el flamenco que se destacó en Inglaterra


Antonio van Dyck nació en 1599, en la misma ciudad que Rubens; estudió con él y aprovechó bien las lecciones del maestro, a quien pronto superó en sentimiento. Por ello sus trabajos más antiguos denotan la influencia de Rubens, pero luego su estilo evolucionó y se aprecia en él un sensible cambio. El colorido de Van Dyck es suave y fresco, y no pesado y deslumbrante como el de aquél; las tintas se mezclan en sus cuadros con armónica belleza, como las notas en una partitura musical.

En Italia, donde vivió y trabajó durante bastante tiempo, era llamado el Pintor Caballero. El contacto con los pintores venecianos tuvo también cierta influencia en él.

Van Dyck pasó del Mediterráneo a los países nórdicos; en Inglaterra tuvo mucho éxito. Los ingleses, aficionados al arte, sintieron especial inclinación por sus cuadros. Carlos I lo nombró pintor de cámara, y van Dyck pintó entonces los retratos de toda la familia real y gran parte de la nobleza inglesa. No residió permanentemente en Londres, pues solía pasar largas temporadas en el continente. Carlos I premió su actuación en la corte proclamándolo Caballero del Reino. En la Galería Nacional de Londres se conserva un magnífico retrato ecuestre del monarca; se trata de un verdadero documento histórico, por la fidelidad que Van Dyck puso en su realización.

El ilustre artista murió muy pobre en 1641; su cuerpo, sin embargo, fue enterrado en la catedral de San Pablo, antes de que ésta fuera destruida por el incendio de Londres.