Franz Hals, artista de Haarlem, famoso como pintor de la risa


El arte en Holanda, provincia de los Países Bajos, en sus comienzos fue original y no recibió influencias extrañas. Los pintores holandeses, orgullosos de su tradición hogareña, pintaron interiores y paisajes tranquilos. Como era un país protestante, eso explica la razón por la cual no esculpieron estatuas ni decoraron las paredes de los templos con imágenes de la Virgen y los santos.

Eludieron por lo general los temas religiosos, y dieron preferencia a escenas del puerto, que alternaban con otras de la campiña, el hogar y los gremios. Puede decirse que toda la pintura holandesa fue íntima y sincera. El brillo de los colores se destaca en sus cuadros como el de las joyas sobre un vestido oscuro.

El primero de los grandes pintores holandeses fue Franz Hals (1580-1666), el artista de Haarlem, como se lo suele llamar. Con Rembrandt fue el más grande de los retratistas que produjo Holanda. El sentido de la vida se refleja en sus cuadros con fuerza y vigor. Alegre y jovial, supo transmitir tales características a sus obras; se hizo famoso por haber sido el pintor de la risa en todas sus gradaciones.

Hals nos ha dejado una larga serie de personajes alegres, que ríen, entre los que se destaca uno conocido como El caballero reidor; son famosos, también, su Autorretrato y el retrato de su esposa y sus padres.