CHINA Y MONGOLIA


El territorio chino ocupa casi la cuarta parte de Asia, desde el Pamir hasta el Pacífico, y desde Siberia hasta la India. Su extensión es casi tanta como la de Europa, y ocupa una superficie aproximada de 9.780.000 kilómetros cuadrados. El aspecto de su suelo es montañoso en general, erizado en el Este por cordilleras que se desprenden de los macizos tibetanos. Además, está surcado por cantidad de inmensos ríos, que reciben sus aguas de las montañas y que con sus afluentes forman, a veces, una red de intrincados canales que desembocan en el océano.

Según las últimas estadísticas, la población, que crece a razón de 13 millones por año, sobrepasa los 650 millones de habitantes distribuidos en fértiles llanuras, en las márgenes de las vías fluviales y en las grandes ciudades, de las cuales las más pobladas son Peking (Peiping), Shanghai, Tientsin, Chenyang, Chungking, Cantón y Nanking.

En el relieve del territorio chino podemos distinguir con más facilidad las montañas del Este, del Norte y del Sur: las cordilleras de Shangtung, Peling y Nanling. Entre las dos últimas se halla comprendida la cuenca del río más importante de China, el Yangtze. Su curso desde las fuentes en las altas cordilleras del Tíbet hasta la desembocadura, en el Pacífico, mide 5.552 kilómetros. Es una magnífica vía de comunicación que atraviesa el corazón del país, lo suficientemente caudalosa para ser navegable por espacio de varios miles de kilómetros, pues permite a las embarcaciones llegar hasta las ricas llanuras de la China Central, a cuya riqueza contribuye con su fértil limo, como el Nilo, que anega las tierras bajas de Egipto.