Japón cumple su mayor anhelo e invade China


Los continuos desórdenes, provocados casi siempre por los intereses de países extranjeros, debilitaron a China a tal extremo, que en el año 1931 Japón pudo cumplir su viejo anhelo de invadir este rico país. Las fuerzas japonesas ocuparon los principales puertos, entre ellos Shanghai, donde se inició la primera resistencia al mando del general Chiang Kaishek. Los chinos demostraron gran espíritu de sacrificio y unidad frente al enemigo secular. Las disensiones políticas fueron dejadas de lado, y la China del Norte, gobernada por los comunistas, hizo una eventual paz con el Kuomintang o partido único, presidido por Chiang Kaishek.