ARTE INDÍGENA Y COLONIAL EN AMÉRICA


Es sumamente difícil fechar la industria del hombre en América en la época prehistórica. Tanto en el Norte como en el Sur se han recogido muchos restos, al parecer paleolíticos y neolíticos, que atestiguarían la presencia del hombre en el Nuevo Continente en esas épocas, pero las ciencias auxiliares de la arqueología tienen aún mucho que investigar antes de que se pueda dictaminar la edad de los trabajos en piedra, hueso, cerámica, metales y madera que han sido hallados.

En América del Norte se han reconocido innumerables necrópolis, y en ellas se han hallado hachas de piedra, pipas del mismo material, algunas con formas animales; cuentas hechas con caparazones de moluscos perforadas; diversos adornos de concha, en algunos de los cuales se han grabado interesantes signos en forma de cruces, estrellas, puntos, espirales, grecas, etcétera; placas de cobre repujado con figuras que parecen guerreros o hechiceros; vasos de cerámica de las formas más variadas; pipas de barro cocido y, por fin, arquitecturas habitables, ya sea cavadas directamente en la roca, ya completando huecos naturales con bloques de piedra cortados y, a veces, pulidos.

Estos productos industriales y artesanales, paleolíticos o neolíticos, atestiguan un grado de civilización previo al de las grandes organizaciones sociales americanas que se han desarrollado después en los territorios comprendidos entre México y Perú.

Las poblaciones que habitaban la región este de lo que hoy son los Estados Unidos de América, en la fecha del desembarco de los europeos no se hallaban en estado salvaje. Constituían tribus o confederaciones poderosas que conocían la agricultura, la talla, el pulimento de las piedras duras, y que trabajaban el cobre. Sin embargo, en estas regiones de Norteamérica la civilización era primitiva, si bien contemporánea de las grandes culturas indígenas del centro y del sur del continente.

Con respecto al término primitivo, conviene recordar que no basta que el material recogido por los arqueólogos presente características de obra primitiva para que lo situemos en los períodos más antiguos de la civilización americana. Puede ser que un objeto muy primitivo por la técnica de su fabricación pertenezca a un tiempo cercano a nosotros; en cambio, hay otras obras de arte muy antiguas, primitivas por su edad, que tienen una calidad correspondiente a las bellas artes evolucionadas; éstas son, por ejemplo, las obras de las civilizaciones más elevadas de América: azteca, maya, inca.