Civilización mexicana y sus grandes testimonios


El Anáhuac fue asiento de tres imperios: el tolteca, el chichimeca y el azteca. En la ciudad de Tula se han descubierto importantes restos de la antigua Tolán de los toltecas, que habría sido el centro del primero de los tres imperios, organizado alrededor del siglo iv y en su apogeo dos siglos después. Cerca del año 1000 los toltecas se habrían dividido y asentado en diferentes zonas. Destrísimos artífices, los toltecas han dejado notables relieves que son verdaderos retratos. En las excavaciones de Tula aparecieron restos de casas, palacios, canchas de pelota, y muchos otros vestigios de una interesante cultura.

En Teotihuacán, la ciudad sagrada del Sol y de la Luna, se halla uno de los conjuntos arqueológicos más imponentes de América. Allí se alzan los prototipos del templo tolteca, adoptado luego por los aztecas: el teocali, la pirámide americana formada por varias plataformas piramidales truncadas, en la última de las cuales se alza el edículo o templo propiamente dicho, también utilizado como observatorio astronómico. Hay más de un centenar en la zona, y entre ellas mencionaremos la de Xochicalco, tallada sobre una formación natural; la pirámide del Sol y la de la Luna; la primera tiene una superficie basal de 46.000 metros cuadrados y casi 80 de altura; estuvo pintada de rojo, color solar de los toltecas y aztecas, y la lunar, de blanco.

Un motivo digno de mención en la escultura tolteco-azteca es la serpiente emplumada, símbolo del dios Quetzalcóatl, geometrizada y estilizada grandemente, que forma una unidad estética con las plantas arquitectónicas mexicanas. Es el motivo predominante.

Otro aporte de la cultura tolteca es el de los frescos murales: una perfecta técnica fue desarrollada por sus artistas, al punto de emplear tonalidades de colores y matices delicados que no encontramos entre los egipcios, por ejemplo.

Los chichimecas, cuyo nombre significa «nómada», estarían entre el primero y el tercer imperio, pero la denominación no indica solamente raza sino también habla; de modo que otros pueblos de habla chichimeca pueden haber sido antecesores de los aztecas. Su asiento principal fue la ciudad de Texcoco, ocupada alrededor del siglo XIII, después de la destrucción de Tolán. Quedan muchos vasos y esculturas de piedra volcánica debidos a los chichimecas; muchas de éstas completadas con mosaicos policromos y de gran efecto decorativo. La famosa escultura llamada Caballero Águila procede de Texcoco.