ROBINSON CRUSOE


Cuando leemos la Ilíada, la Odisea o el Don Quijote, no se nos oculta que las aventuras en esos libros descritas son puramente imaginarias; pero en los comienzos del siglo XVIII un inglés compuso una interesantísima narración, tejida de curiosos y variados incidentes, la cual, durante largo tiempo, fue tenida por real y verdadera. El autor había descubierto el arte de narrar sucesos ficticios, induciendo al lector a creerlos ciertos. Llamábase Daniel Defoe, y su libro, Robinson Crusoe. Es una gran obra de imaginación, aunque la idea de la misma sé la sugirieran, a Defoe las reales aventuras de un marinero llamado Alejandro Selkirk, que había naufragado en la isla chilena de Juan Fernández.