Crusoe construye una canoa y la provee de una larga vela


Seis años llevaba en la isla cuando construyó una canoa, pensando en dar con ella la vuelta a la isla, y la botó al agua. Hizóse vestidos con las pieles que había conservado y se dedicó a tejer cestas. He aquí lo que nos cuenta sobre el aspecto de su persona:

“Llevaba un alto, grande y estrafalario gorro de piel de cabra, una burda chaqueta de lo mismo, que me llegaba a la mitad de las rodillas, unos calzones de piel de dicho animal y unos borceguíes. Ceñíame con un ancho cinturón de piel seca de cabra, en el cual llevaba una pequeña sierra y una hachuela, y en otro cinturón, colgado del hombro, con dos bolsillos también de la misma piel, guardaba respectivamente la pólvora y las balas. Caminaba con una cesta a la espalda, el mosquete colgado del hombro, y en la mano una grande, tosca y fea sombrilla de piel de cabra para resguardarme del sol. Cortábame la barba con frecuencia, pero cubríanme el labio superior unos grandes mostachos a lo mahometano.”

Cuando no lo ocupaban las plantaciones o sus animales, Crusoe realizaba cortas expediciones en su canoa, o paseaba alrededor de la isla.