Inicio del famosísimo relato de aventuras


Comienza su historia Robinson Crusoe contándonos que nació en York el año 1832 y que era el tercer hijo de una honrada familia. Su padre deseaba dedicarlo a la abogacía, pero él sólo pensaba en el mar. El autor de sus días, hombre grave y sesudo, no dejaba de darle sanos y excelentes consejos, diciéndole que hay hombres a quienes vuelve la espalda la fortuna o bien la alcanzan a costa de correr graves peligros, por lo cual lo mejor es contentarse con una áurea medianía, que a su juicio era la posición más envidiable del mundo.

“Pero, a los pocos días -dice Crusoe- me olvidé de todo, y antes de un año partí de Hull, dejando que mi padre y mi madre pensaran lo que quisieran; y sin implorar la bendición del cielo, ni la paterna, me embarqué el 1º de setiembre de 1651, a bordo de un barco que partía para Londres.”

El buque naufragó, pero los tripulantes consiguieron llegar a tierra gracias a un bote enviado desde un faro. Desembarcaron cerca de Cromer y tomaron el camino de Yarmouth, donde le dieron dinero a Crusoe para regresar a Hull, o continuar hasta Londres. Sin despedirse siquiera del capitán, que se lamentaba de haber llevado en su nave una especie de Jonás en nuestro Robinson, éste desechó obstinadamente toda idea de volver atrás y se encaminó hacia Londres, donde tomó pasaje como caballero aventurero a bordo de un buque que partía para la costa de África, y cuyo capitán, que le cobró simpatía, le enteró de lo que tenía que comprar para hacer negocio; había él por su parte aprendido algo sobre la navegación.

“Este I viaje, el único afortunado en mis aventuras, me convirtió en marinero y comerciante; regresaba a Londres con cinco libras y nueve onzas (unos dos kilogramos y medio de polvo de oro, que cedí por 300 libras esterlinas); y ya con esta cantidad m{e dispuse a realizar las aspiraciones que debían conducirme a las ruinas.”?

Destinó 500 pesos de su flamante fortuna a emprender una nueva aventura y dio a guardar los otros 1.000 a la esposa de su amigo el capitán; después; de lo cual se embarcó en el mismo buque, mandado ahora por el primer piloto. Una mañana, navegando por entre las islas Canarias, se vieron sorprendidos por un corsario moro de Salé, y, tras un rudo combate, fueron todos conducidos prisioneros a aquel puerto.

Mientras sus compañeros eran llevados a la corte del emperador,-Robinson Crusoe quedó en poder del capitán pirata, el cual lo convirtió en esclavo suyo.

“Cuando mi nuevo amo se embarcaba, dice, me dejaba en tierra para que vigilara un jardincillo y el trabajo de los esclavos, y, cuando regresaba a casa, me enviaba a su camarote para que vigilase el buque.”

Después de haber transcurrido dos años, el pirata se quedó en tierra por más largo tiempo del que solía. Llevóse a Crusoe en su pinaza, para dedicarlo a la pesca, y tan diestro se mostró en ello, que algunas veces lo enviaba solo con un pariente suyo y un morito, como únicos compañeros.