AVES ACUÁTICAS Y TERRESTRES


Como puede comprobarse por la observación, dondequiera que haya modo de procurarse el necesario sustento, allí ha puesto la Naturaleza los seres de más apta condición para utilizar las sustancias comestibles. Lo que en otra parte decimos sobre las aves marinas nos enseña que hay gran número de aves pescadoras que viven de los productos del océano; pero existen también muchas otras que deben la vida a los alimentos contenidos en el agua dulce, así de los ríos como de los lagos y pantanos, Las aves marinas pueden pasar a tierra para buscar su comida en las corrientes de agua dulce y en los campos; y en cambio un gran número de aves de los ríos y lagos jamás van a buscarla al océano. No obstante, es poca la diferencia que media entre las aves de agua dulce y algunas de las comúnmente llamadas marinas.

Si después de examinar los caracteres del cormorán o cuervo marino viéramos a cierta ave americana de largo cuello y gran pico, es probable que exclamáramos: “¡He aquí el cormorán!”, creyendo reconocerlo. Sin embargo, un naturalista experto sabría sacarnos pronto de nuestro error. La nueva ave a que ahora nos referimos tiene, sin duda, el cuello muy largo, pero mucho más grueso que el del cormorán. Además, su pico es más agudo y semejante a un pequeño arpón de pesca; y éste es, efectivamente, el uso a que está destinado.

Aunque sus pies son palmeados como los del ánade, el pájaro serpiente o marbella, que así se llama el ave mencionada, habita en los árboles de los grandes bosques, y caza durante la noche en los ríos, en los lagos y en los pantanos.

Nada y bucea maravillosamente, pero no se fía de esas habilidades para buscar su alimento con entera seguridad. La experiencia le ha enseñado que es arriesgado cazar durante el día; por eso, no sale hasta que el sol declina, y emprende la caza a favor de la oscuridad. Y aun no le basta esta precaución. No le gusta exponerse; sumerge el cuerpo bajo la superficie y se desliza manteniendo las alas un poco abiertas, de manera que quedan visibles sobre el agua el pico y una parte del cuello. Al menor indicio de peligro, se hunde del todo, dejando únicamente fuera el pico. Mientras subsiste la amenaza, permanece enteramente oculto; y si ésta se prolonga mucho, aléjase por debajo del agua con suma cautela para reaparecer en otro lugar.

Pero cuando reina tranquilidad, dedícase el ave a la caza con toda la destreza de que es capaz. Acecha a los peces, lánzase sobre ellos en línea recta y con el pico cerrado para clavárselo como un verdadero arpón. Luego se eleva hasta la superficie, y la admirable disposición de los huesos de su cuello le permite sacudir la cabeza de tal modo que la presa queda encerrada en el pico para ser comida sin dificultad. Este animal, designado vulgarmente con el nombre de mar-bella, pájaro serpiente o pato aguja, anida en algunos lugares junto con los cormoranes, y, como ellos, puede ser amaestrado y enseñado a pescar.

No es solamente la marbella el ave que emplea la estratagema de sumergirse bajo el agua para pasar inadvertida. Igual hazaña realiza la gallineta o polla de agua, y también la focha. Estas dos aves son muy parecidas, pero la gallineta de agua tiene las patas con los dedos libres, mientras que los dedos de la focha llevan a los lados lóbulos membranosos; posee además un escudete frontal y pico rojos, en tanto que los de la focha son blancos.

Ni la gallineta de agua ni la focha hacen daño pues se alimentan de insectos y vegetales. Tienen muchos enemigos. Sus crías son frecuentemente devoradas por los peces llamados sollos. Y, por supuesto, los hombres aficionados a la caza las matan como a otras aves y mamíferos.