Ave toro, de voz estertórea y aguzado pico


El ave toro es común en países donde abundan grandes pantanos. Es más pequeña que las verdaderas garzas y tiene el pico corto y afilado como una lanza. Como puede moverlo con mucha rapidez, resulta un arma terrible para atacar a sus enemigos. Sin embargo, el verdadero mecanismo de defensa de esta ave es la simulación, para la que se presta maravillosamente su cuerpo jaspeado que le permite ocultarse entre la vegetación pantanosa; para ello el animal extiende el cuerpo, la cabeza y el cuello verticalmente y se pone rígido, con lo que semeja una mata de hierbas.

La más rara de las garzas es la llamada pico de barca, notable por la curiosa forma de su gran pico, ancho y aplanado. Vive en América del Sur y según puede presumirse usa el pico como una pala, con la que recoge la comida en las fangosas orillas. La variedad más interesante de todo el grupo de las zancudas es quizá la cigüeña europea, animal de gran talla, con largo pico recto y altas patas, ambos rojos, plumaje blanco y alas negras.

Quien desee admirar el magnífico vuelo de estas aves, acudiendo a alguno de los lugares en que viven, debe tener presente que su residencia invernal está en los países cálidos.

Efectivamente, es un hermoso espectáculo el que ofrecen las cigüeñas cruzando el espacio en grandes bandadas. Merced a su gran talla y al extraño aspecto que ofrecen con sus largas patas tendidas tras el cuerpo a modo de colas rígidas, el vuelo de las cigüeñas, como el de las grullas y el de las garzas, tiene algo de magnifico. Remóntanse a grandes alturas y viajan sin dificultad durante la noche. En distintas ocasiones, los astrónomos ocupados en estudiar la luna y las estrellas a través de sus telescopios han visto su campo visual invadido por numerosas bandadas de estas aves, que volaban muy alto y no hubieran podido ser descubiertas a simple vista.

Durante la primavera regresan a las regiones europeas de clima templado, cuyos habitantes se enteran de su llegada, antes de que se pongan al alcance de la vista, por el sonoro clap-clap-clap que producen al entrechocar ambas mitades de sus grandes picos. Estas graciosas viajeras saben que serán bien recibidas. Van en grupos a los Países Bajos, Alemania y Dinamarca. La gente coloca sobre los tejados las cajas en las que estas aves, año tras año. hacen su hogar durante el verano, ponen sus huevos y empollan sus crías. No hay animal más encariñado con sus pequeñuelos que la cigüeña; y esto la hace resultar simpática. Cuéntanse hermosas historias acerca de los afectuosos sentimientos de estas aves.

En cierta ocasión, una cigüeña no pudo acudir a la reunión general que acostumbraban realizar sus congéneres antes de emprender el vuelo para África. Su compañero marchó, pero ella pasó el invierno en Europa. Volvió el ausente en primavera, y juntos construyeron otro nido en el sitio de costumbre y criaron a sus pequeñuelos. Lo mismo ocurrió al año siguiente, y al otro. La hembra pasó tres inviernos sola, pero al cuarto año el macho no quiso dejarla, y juntos pasaron tres inviernos más, lejos del sol africano. Después, a consecuencia de algún accidente, perecieron; y entonces se descubrió la razón que había retenido a la hembra en Europa mientras sus congéneres realizaban su emigración anual. Una herida, recibida tiempo atrás, le impedía realizar aquel viaje largo y fatigoso. Su compañero, al fin, no había querido abandonarla.

Su alimentación depende en mucho del lugar, y consiste, especialmente en ratas, ratones y reptiles dañosos.

El ave de este grupo que en más aprecio tienen los habitantes de la India es el marabú de este país, o argala, llamado allí, irónicamente, “ayudante” debido a su aire pomposo, que recuerda a ciertos militares de las tropas coloniales. Es un ave muy fea, de metro y medio de talla, y que se encuentra por todos lados, igualmente en la tierra, sobre las aguas poco profundas o en el aire. Come los residuos abandonados en las calles, que con las elevadas temperaturas son un peligro para la salud pública. Cierto que dista mucho de ser un animal hermoso, pero es un buen compañero, que se deja domesticar fácilmente.