EL CORAZÓN DE ASIA, TÍBET Y TURQUISTÁN


En la historia de los países de Europa, se habla frecuentemente de verdaderas olas de invasores que, procedentes del centro de Asia, se extendieron por el Oeste.

Nunca faltaron exploradores, atraídos como por una secreta fuerza, que se aventuraron a descifrar los misterios encerrados en el inmenso y maravilloso corazón de Asia; aunque la mayor parte de las veces les ha ocurrido que aquellas vastísimas tierras, cuna de millones de invasores que cambiaron un día la faz de Europa, enmudecieron imponentes en su grandeza y soledad.

En el proporcionalmente reducido territorio europeo, más de 400 millones de habitantes tienen que atender a sus necesidades. En cambio, la parte de Asia limitada por Siberia al Norte y la India al Sur, Persia al Este y China al Oeste, tiene tan sólo 20 millones de habitantes, perdidos casi en la inmensidad del ámbito geográfico, en su mayor parte desolado e inhóspito. La agrupación urbana es transitoria; habitan tiendas de campaña, pues, nómadas por necesidad, trasladan sus campamentos adonde haya pastos para sus ganados. Son verdaderos privilegiados los que cultivan la tierra en los valles, oasis fertilísimos regados por anchurosos ríos.