EL GRAN GRUPO DE LOS OFIDIOS O SERPIENTES


He aquí los rasgos característicos de estos animales. A diferencia de la avispa o de la abeja, la serpiente venenosa no pica, sino que muerde; el veneno fluye a través de un canal que tienen los colmillos y penetra en la herida producida por éstos. Las serpientes avanzan por la tierra ondulando su cuerpo sobre el suelo, o como se dice vulgarmente, culebreando.

La columna vertebral de las serpientes se compone de una larga cadena de huesos, las vértebras, que articulan unos con otros y con las costillas, que se mueven solidariamente con ellos. Las serpientes de gran tamaño tienen hasta 300 y 400 vértebras con casi igual número de pares de costillas, las cuales se desplazan con admirable facilidad, aunque sólo de un lado a otro. El reptil puede moverse lateralmente y levantar la mitad anterior del cuerpo, no con soltura, pero sí con seguridad, adoptando la posición vertical.

¿Cómo ejecuta los movimientos? Cada par de costillas actúa en cierto modo como un pie. Todo su cuerpo funciona asimismo como un pie larguísimo. Cada par de costillas se reúne por debajo en una especie de placa resistente, y obedece a la acción de un músculo a la vez delgado y poderoso. La serpiente descansa, pues, sobre los extremos de las costillas y la placa escamosa que los cubre. Cuando quiere avanzar, se mueve de un modo que sus escamas se apoyan sobre el suelo áspero o sobre la corteza de un árbol. Es un efecto mecánico, semejante al de los remos. Pero, como ya dejamos indicado, necesita disponer de una superficie áspera; la serpiente más poderosa es incapaz de moverse sobre el hielo liso o sobre un cristal.

La más admirable de sus aptitudes es indudablemente su facilidad para trepar a los árboles. Algunas presentan unos pequeños apéndices, que parecen restos de otros tantos miembros atrofiados. Otras poseen aún en sus cuerpos el residuo de los huesos que quizás! en otros tiempos pertenecieron a las extremidades que les permitían andar. Pero, aunque aquellos pequeños apéndices puedan ayudar al animal que los posee, la mayor parte de las serpientes trepadoras sólo disponen de la acción de sus costillas.