Cómo envenenan las flechas los osquimanos


El temor que nos infunde cualquier víbora sube de punto, cuando consideramos a qué funesta familia pertenece; La víbora llamada de la arena, la víbora de cadena, de la India, que mata a los hombres y destruye los ganados mordiendo a las roses en el hocico, y la horrible víbora africana, monstruo que al enfurecerse se hincha de aire visiblemente, son parientes de la víbora común de Europa.

La víbora africana llamada víbora del desierto, tiene alrededor de un metro y es interesante por el hecho de ser su veneno el que utilizan los bosquimanos para hacer sus flechas más peligrosas. Son estas armas tan pequeñas, que no bastarían para dar muerte a un ciervo. Pero la acción del veneno que las cubre es fulminante. Al sentirse herido, el ciervo trata de huir y su carrera desenfrenada sólo le sirve para esparcir por todo su cuerpo la sustancia que penetró por la herida. Los cazadores pueden comer su carne sin que el veneno les perjudique.

El cráneo de las serpientes es pequeño; pero una de ellas, la víbora cornuda de Egipto, animal de aspecto salvaje de unos setenta y cinco centímetros de largo y color amarillo pálido con manchas, está provista de dos cuernecillos formados por una escama córnea espinosa; tiene bastante inteligencia para comprender que por donde ha pasado una caravana, puede pasar otra. Arróllase en una de las huellas dejadas por los camellos en la arena y aguarda el paso de otro animal, dispuesta a morderle.

Otra víbora muy interesante es el mocasín de América del Norte; tiene aproximadamente un metro de longitud, es de color amarillo con franjas transversales pardo oscuro, y manchas triangulares. Habita en los terrenos pantanosos y en las praderas con hierba alta. Es muy temido por su poderoso veneno y por la velocidad con que ataca.

En América del Sur se encuentra el sururucú, de alrededor de dos metros de largo, si bien hay ejemplares que llegan a cuatro. Es de color amarillento rosado con una serie de grandes rombos oscuros que en el centro tienen una mancha clara, distribuidos a lo largo de todo el cuerpo. Vive en las selvas vírgenes y sombrías de Brasil, con preferencia en la cercanía de los grandes ríos. Posee potente veneno, capaz de producir la muerte en. breve plazo.

En Centro y Sudamérica se hallan las llamadas víboras hierro de lanza, de veneno activísimo entre las que se destacan la víbora saltadora de América Central, denominada así porque ataca con tal violencia que su cuerpo se separa completamente del suelo; la lacheéis, de hasta un metro ochenta centímetros de longitud y fuerte potencia de ataque lo que, unido a sus grandes colmillos, la hace muy peligrosa y la yarará o jararaca, de Brasil y norte de Argentina, de poco más de un metro y medio con el dorso gris pardusco con manchas oscuras.