LA PENÍNSULA INDICA


Como una enorme cuña que se clava en el océano índico, al sur de Asia, se extiende un vastísimo p
aís que llamamos la India. Su aspecto es el de un triángulo irregular al cual sirven de marco, por el Norte, las montañas más formidables del globo; por el Oeste, el mar Arábigo, y por el Este, el golfo de Bengala.

Sus fronteras con el resto del Asia están definidas tan claramente que bien puede considerarse a la India como una pequeña porción desglosada del continente asiático. A lo largo de la frontera Norte se extiende la más majestuosa, la más gigantesca cordillera de la Tierra, el Himalaya, nombre que en la poética lengua de los lugareños significa el “reino de las nieves”. Con una longitud de 2.550 kilómetros y un ancho medio de 200, el Himalaya, a partir de los 4.000 metros de altura, se encuentra cubierto por nieves perennes; sus picos más elevados llegan hasta alturas prodigiosas, muy cercanas a los 9.000 metros. Las aguas fluviales perforan la ciclópea barrera del Himalaya en dos puntos: el río Indo en el Oeste, el Brahmaputra en el Este. Esta enorme cadena montañosa ha sido por siglos una barrera entre la India y el resto de Asia; sus pasos son pocos, impracticables durante casi todo el año, y muy difíciles de transitar, aun en las épocas propicias.