NUEVOS CULTIVOS Y PLANTAS EN EL HOGAR


Los cereales, frutos y hortalizas que consumimos, y muchas de las flores actuales, difieren notablemente de los que existían hace cien años, pues casi todos han sido mejorados por el hombre. ¿Cómo se han logrado estos mejoramientos?

Hoy se cultivan las plantas con un criterio similar al que seguimos en la reproducción y cría de animales. Se busca la forma de introducir nuevas cualidades, entre ellas, maduración más rápida, mayor tamaño, mejor gusto si es una planta comestible, resistencia a las enfermedades; o bien se procura hacer desaparecer alguna mala cualidad. En las flores se buscan nuevos colores, distinta forma o mayor tamaño. En los semilleros, en las estaciones experimentales y en los jardines particulares, miles de personas están constantemente trabajando para mejorar los vegetales comestibles o las plantas de adorno cultivadas para nuestra satisfacción.

Hay cuatro procedimientos fundamentales de perfeccionar las plantas, a saber: mediante el cultivo, la selección, la preservación de mutaciones y el cruzamiento e hibridación; exactamente los mismos métodos que se emplean para mejorar los animales.

Un cambio de región, de clima o de ambiente puede mejorar considerablemente una planta. Así, proporcionándole un poco más de agua, un clima diferente o un suelo distinto, se pueden producir grandes cambios, como vemos en muchas plantas traídas a América desde Europa o Asia, y que se desarrollan mucho mejor en este continente que en sus lugares de origen. Estos cambios, sin embargo, no modifican la especie, por lo que desaparecen si no las atendemos o si las llevamos, de nuevo, a su ambiente nativo. La selección era antes el método principal, y todavía se usa con gran frecuencia. No hay dos plantas que sean exactamente iguales, y sus diferencias se llaman variaciones. Algunas veces estas diferencias son pequeñas o indeseables, pero puede ocurrir que haya una o varias plantas que muestren diferencias de importancia. Con ellas debe iniciarse el experimento.

Las semillas seleccionadas se siembran por separado, y las nuevas plantas se vigilan cuidadosamente. Hay con frecuencia algunas que presentan la cualidad deseada con más firmeza que otras. Las semillas de éstas se siembran y se vigilan de nuevo, con gran paciencia. De Lutero Burbank, el famoso cultivador de California, se dice que seleccionó una sola planta entre doscientas mil que había cultivado y destruyó las restantes. Esta selección se hace una y muchas veces, y a los pocos años podremos obtener una variedad muy mejorada en la que parecen acumularse todas las diferencias deseadas.

La amapola Shirley se logró de la amapola roja silvestre de los campos ingleses. Un clérigo inglés encontró en su jardín un ejemplar con un fino reborde blanco, y cuando dio simiente, la sembró; de las que brotaron, seleccionó cuatro o cinco. Repitió este proceso durante varios años hasta que salieron amapolas de colores blanco y rosa. Después se propuso hacer el centro amarillo o blanco, en vez de negro, y lo consiguió. Por el mismo método, Lutero Burbank cambió de amarillo a rojo el color de la denominada amapola de California.