UNA VISITA A NUEVA YORK


A pesar de que la gran ciudad de Nueva York abarca una extensa superficie dividida en cinco distritos municipales, cuando hablamos de Nueva York generalmente nos referimos al distrito de Manhattan, que ocupa la isla del mismo nombre. Por el Sur, la ciudad comienza en un laberinto de calles de trazado irregular, designadas por medio de nombres antiguos y a veces pintorescos en vez de números, como sucede con las del resto de la urbe. A pesar de sus rascacielos monumentales, esta sección ha heredado la fisonomía particular del viejo Nueva York, fundado precisamente en ese lugar, que es ahora el distrito financiero donde se levantan las bolsas de comercio. Un poco más al Norte el panorama cambia totalmente, pues entramos en un pintoresco vecindario conocido como Greenwich Village; éste es el barrio bohemio de numerosos artistas y escritores. Más arriba comienzan las largas calles y las rectas avenidas numeradas, que cubren la mayor parte de la isla. Estas arterias se cortan formando ángulos rectos; las avenidas corren de Sur a Norte y las calles de Este a Oeste, lo que hace que sea muy fácil orientarse.

Cualquiera sea el medio de transporte que utilicemos para llegar hasta Nueva York, probablemente nuestro viaje terminará en pleno centro de la ciudad. Muchos de los grandes transatlánticos tienen sus fondeaderos en el río Hudson a la altura de las calles comprendidas entre la 42 y la 57. Los autobuses de las compañías de aeronavegación dejan a sus pasajeros en modernos edificios terminales ubicados en las calles 37 y 42. Si viajamos por tren, nuestro punto de destino será una de las dos grandes estaciones ferroviarias que se levantan en las calles 33 y 42 respectivamente.