CONSTRUCCIÓN Y FUNCIONAMIENTO DE LOS TERMÓMETROS


Seguramente habrán oído en infinitas oportunidades hablar de la realización de cierto tipo de experiencias, en las cuales se busca el aprovechamiento efectivo del calor del Sol. Bien, han sido numerosos los intentos y las aplicaciones que se han realizado con este objeto. Lo que nos interesa aquí es preguntarnos: ¿cómo llega ¡hasta nosotros el calor, desde el Sol? Todos tenemos experiencia de las diversas formas que emplea el calor para propagarse; así, la más inmediata es aquélla en la que el calor se transmite por contacto, como cuando tocamos un cuerpo caliente. En tal caso la propagación se realiza de molécula a molécula, y entonces se dice que existe conducción de calor.

Asimismo, si colocamos nuestras manos encima de una estufa, también recibimos calor, a pesar de que no la tocamos. Aquí son las moléculas del aire las que facilitan la propagación. En efecto, se producen corrientes ascendentes de aire caliente que transportan” el calor hasta nuestras ¡manos. En este caso se dice que existe convección de calor.

Pero el calor solar no puede llegar hasta nosotros por ninguno de estos medios, ya que, como sabemos, la mayor parte del espacio que nos separa de él está vacío, o sea que no contiene gases de ninguna especie. De manera pues, que, si el calor debe propagarse por el vacío para poder llegar hasta la Tierra, deben existir rayos caloríficos de la misma naturaleza que los luminosos. Este tipo de propagación se llama radiación. Todos los cuerpos, en mayor o menor grado, irradian calor. Los que han practicado deportes en la nieve saben que en los días de mucho sol se puede andar sin abrigo, pues, aunque el aire esté a algunos grados bajo cero, el calor radiante reflejado por la nieve es capaz de mantener el cuerpo caliente. Además, hay una experiencia muy sencilla que todos pueden realizar para comprobar la existencia de los rayos caloríficos. En efecto, sabemos que una lente puede concentrar los rayos luminosos que, por ejemplo, provienen del Sol. Bien, de la misma manera puede concentrar los rayos caloríficos, y con ellos encender un fósforo, quemar papel, madera, etc.