El polo del frío está en una localidad siberiana: Verkhoiansk


Existen lugares de la Tierra donde la temperatura suele ser muy baja; tales por ejemplo, las extensas zonas de la Antártida, en el polo Sur. Lo mismo ocurre con las tierras árticas; así, en la población de Verkhoiansk, situada en Siberia, llegan a producirse temperaturas de hasta 90°C bajo cero. Por tal razón a dicha localidad se la llama “el polo del frío”. En tales lugares el termómetro de mercurio no sirve, por una razón muy simple: el mercurio se congela a 39°C bajo cero, de manera que, para temperaturas inferiores, éste se convierte en sólido, del mismo modo que el agua a una temperatura de 0°C se solidifica y se transforma en hielo.

Todo esto nos indica que según sea la temperatura que se quiere registrar habrá que elegir el termómetro más conveniente. Veamos algunos de ellos. Para temperaturas que llegan hasta 253°C bajo cero debe usarse el termómetro de hidrógeno; para aquéllas que llegan hasta 100°C bajo cero puede utilizarse el termómetro de alcohol. Y para temperaturas que superan los 39°C bajo cero puede usarse el mercurio, el cual es útil hasta los 357°C. También representa un problema complicado la medición de altas temperaturas. Es útil en estos casos el uso de termómetros de gas, con nitrógeno o hidrógeno, con los cuales pueden medirse temperaturas hasta los 2.000° C. En la práctica las mediciones de altas temperaturas, como por ejemplo las que se desarrollan en el interior de los hornos, suelen ser determinadas con termómetros especiales denominados pirómetros, los que pueden ser ópticos o eléctricos, según que aprovechen la luz de los cuerpos incandescentes o la corriente eléctrica creada por diferencia de temperaturas en un mismo metal.

Indudablemente, desde los estudios de la Academia del Cimento hasta la actualidad se han hecho enormes progresos; y ahora estamos en el comienzo de una nueva etapa: la de los estudios de las elevadísimas temperaturas desarrolladas por la energía nuclear puesta en libertad.