LAS FLORES NACIONALES


Casi todos los países del orbe tienen una flor nacional, que los representa en las lides del espíritu o del arte. En la mayoría de ellos dicha flor fue consagrada por la historia, la tradición, la predilección de una reina o monarca, o por elección popular. Así, Canadá tiene el acer rojo, consagrado como emblema del sacrificio de los soldados canadienses en la primera Guerra Mundial, y agregado luego al escudo nacional. China posee el ciruelo, que por milenios ha sido el encanto de los poetas y pintores por sus bellas y fragantes flores. Checoslovaquia, el tilo, adorado por los antiguos eslavos como símbolo divino; República Dominicana, la caoba, vinculada a los patriotas que realizaron la obra de su independencia; Egipto, el loto azul, de hermoso color, emblema del río Nilo, debido a su aparición en los canales durante las crecidas, en su calidad de dador de la vida; Italia, la margarita, flor predilecta de la reina Margarita de Saboya; Irlanda, el trébol que cubre sus praderas, porque se dice que san Patricio en sus predicaciones lo usaba para demostrar el misterio de la Trinidad.