Las escafandras que no necesitan tubos de aire


Existen modelos de escafandras modernos que no necesitan tubo conductor de aire. Poseen en cambio uno o varios cilindros de aire comprimido, que permiten al buzo permanecer durante más tiempo bajo el agua. Se evita además con este sistema un peligro que presenta el tubo: una corriente de agua de cierta intensidad puede doblarlo en ángulo, impidiendo el pasaje de aire. En algunas de estas escafandras el aire de los cilindros se puede volver a regenerar luego de ser respirado. Estos modelos llevan un bolso con una sustancia, soda cáustica, que en contacto con el calor del cuerpo del operador libera oxígeno y absorbe el anhídrido carbónico producido por la respiración. Aunque se agotara la -provisión de aire de los cilindros, bastaría, gracias, a la soda cáustica, él que tiene la escafandra, para poder seguir respirando durante un tiempo prolongado.

El “pulmón” Momsen, usado como medio de salvamento por los tripulantes de submarinos averiados, también utiliza la soda cáustica. Consiste este aparato en una bolsa de goma, llena de oxígeno, atada con correas al pecho. Una cánula conectada a la bolsa lleva el oxígeno a la boca. La nariz del que usa este aparato está fuertemente apretada con pinzas, para obligarlo a respirar por la boca. Entre la bolsa y la cánula se halla un depósito de soda. Este invento permite a los tripulantes de un submarino ascender por una cuerda a la superficie con la lentitud suficiente para evitar los peligros que entraña un descenso brusco de presión.

El aparato de Momsen ha sido adaptado al buceo con fines deportivos. Sumergidos quienes lo usan en aguas claras poco profundas, pueden extasiarse ante las maravillas subacuáticas.