Tomás A. Edison da el siguiente paso


En 1893 Tomás A. Edison sacó patente del kinetoscopio. La película se usaba dentro de una caja, pero la luz que le venía desde atrás no era fuerte y para ver el retrato había que mirar a través de una abertura en la caja. Solamente una persona a la vez podía ver las vistas y los aparatos solamente fueron instalados en lugares públicos de diversión. Nadie les dedicó mucha atención.

Por fin a un inglés se le ocurrió proyectar la vista sobre una pantalla, de suerte que muchas personas pudiesen verlo simultanea-mente. Gracias a la nueva película tuvieron éxito y pudieron producir largas tiras de retraticos que se sucedían con gran rapidez, en debido orden. Estos retratos habían sido tomados en intervalos tan cortos de tiempo que cuando se proyectaban sobre la pantalla producían la impresión del movimiento. Así fue como nació el cine.

Cada uno de estas diminutos retraticos de las películas tiene poco menos de una pulgada de ancho y tres cuartos de pulgada de alto. Se necesitan docenas de ellos para mostrar una mano levantándose para rascar una nariz. En cada una de las películas de "un solo rollo" que veis en los cinematógrafos hay cerca de mil pies de película. Cada pie contiene dieciseis de estos pequeños cuadritos que pasan tan fugazmente por la pantalla que en menos de veinte minutos han desfilado dieciseis mil retratos ante nuestros ojos. Cada imagen permanece en la pantalla poco más de un treinta y dosavos de segundo y entre cada dos imágenes hay poco menos de un treinta y dosavos de segundo de completa obscuridad. Por lo tanto, antes de que se haya borrado la impresión de una imagen, viene otra a substituirla.

No nos damos cuenta, a pesar de ello, de que ha cambiado el retrato, pues una impresión recibida por nuestros ojos permanece grabada en ellos por espacio de dos cuarenta y cincoavos de un segundo. aproximadamente, después que el objeto que ha causado la impresión desaparece. A esto le llaman los científicos "persistencia de la retina". Cuando se ilumina la pequeña tira de película con un poderoso haz de luz, que la atraviese, siendo la película muy susceptible a la luz, y se antepone un lente especial entre la película y la pantalla, se proyectará sobre ésta un imagen grandemente aumentada. Esto hace posible que veamos a las personas y a los animales y objetos de tamaño natural.