La tierra vegetal, sin cuyos jugos perecerían las plantas


Hemos visto ya que todas las plantas, excepto las más diminutas y las acuáticas, necesitan vivir en tierra vegetal para adquirir vigor y lozanía, y que en la formación de esta tierra intervienen plantas ya secas y descompuestas. Si cavando un hoyo profundo en el suelo extrajéramos de él arena o arcilla pura para sembrar plantas, morirían casi todas, faltas de los jugos nutritivos necesarios para la existencia, porque, aunque les convenga, la arcilla o la arena han de estar mezcladas con otras materias que resultan indispensables .

El conjunto de esos elementos, entre los que figuran raíces, tallos y hojas en descomposición, se designa con el nombre de tierra vegetal. Conviene que se haya removido perfectamente antes de sembrar las semillas para que resulte ligero el suelo aireado y conserve la humedad, pues así las tiernas raíces pueden arraigarse y encuentran suficientes jugos nutritivos. A las distintas sustancias vegetales en descomposición se las llama humus, y la variedad de esas sustancias hace que el terreno sea apropiado para criar diferentes especies de plantas, pues éstas, como los animales, tienen también sus preferencias. Las que crecen frescas y lozanas en un bosque de hayas, por ejemplo, perderían su vigor en un pinar, aunque las condiciones de luz, calor y humedad sean aproximadamente iguales en ambos lugares.

¿Os habéis fijado en la cantidad prodigiosa de semillas que, en una estación, produce una planta? Casi todas son en extremo fecundas, pero entre ellas se distingue de un modo especial el roble, que da miles y miles de bellotas cada año.