La oruga que roe paños y pieles para fabricarse una morada


Es una obrera admirable. Come lana y pieles para alimentarse, y las utiliza también para construirse una pequeña morada. Careciendo de envoltura propia, se la fabrica con el pelo y la lana que recoge, y que mastica y transforma en una especie de seda. Nunca abandona esta guarida portátil. Al crecer, la raja, y en seguida la prolonga un poco por delante y por detrás, hilando el material necesario; luego la cierra. Al andar, saca la cabeza y las patas delanteras y arrastra consigo la envoltura.

El daño que causa no procede solamente de su apetito, sino también de la necesidad de abrirse un camino a través de los paños o pieles para dar salida a la mariposa. Y, como es sabido, esto lo hace cortando las telas con sus mandíbulas, como con unas tijeras. Antes de convertirse en crisálida, hila su nido sobre el material en que se encuentra. Permanece tres semanas en el estado de crisálida, luego sale convertida en mariposa, deposita sus huevos y muere.

Merece recordarse también otra mariposa nocturna bien conocida, la llamada de calavera o de la muerte. Nos referimos a ella en la historia de las abejas. Es un insecto hermoso y delicado, muy aficionado a la miel. Por ello se la ve deslizarse al interior de las colmenas. Y las abejas la consideran como un individuo ladrón de sus almacenes.