Cómo un pueblo se salvó gracias a la resistencia de los camellos


Buena prueba de la increíble resistencia de los camellos la tenemos en la descripción que hace De Quincey de aquella espantosa retirada de las tropas tártaras desde el Volga a la Gran Muralla de China.

Gracias a los camellos pudieron salvarse los sobrevivientes que huían. Bueyes, ovejas, mulos y caballos perecieron todos; pero los intrépidos camellos marcharon por encima de las nieves y cruzaron las heladas aguas de los ríos rusos. Triunfaron de los rigores del crudo invierno que dejaba rígidos a hombres y caballos. Aparte de su valor como animal de carga, el camello proporciona carne, cuerdas, tiendas de campaña y vestidos, que se confeccionan con su pelo, y hasta sus huesos son útiles; las hembras suministran, además, leche.