El maravilloso instinto del perro que los hombres han explotado en su beneficio


Aun cuando son muchas las razas de perros, sus usos y costumbres son en general idénticos, salvo en las diversas aptitudes propias de cada raza, que el hombre ha explotado y sabido desarrollar en su provecho.

Respecto al instinto de estos animales, sobre todo de los criados en domesticidad, podemos decir que además de ser en extremo sorprendente, está siempre en relación con sus diversas aptitudes; así, el perro de aguas, que puede aprender a hacer mil habilidades, es incapaz de seguir el rastro de una pieza de caza, desplegando en ello los recursos que emplea un pointer o un pachón; pero todos poseen un fondo común de instinto realmente maravilloso.

Estos animales son capaces de aprender gran número de habilidades; algunas que asombran, como el caso que cuenta Franklin, en la Vida de los animales, de un perro que jugaba al dominó. Cierto día, dice, un amigo suyo naturalista jugó una partida con el prodigioso animal. Se sentaron uno enfrente de otro, y delante de cada cual pusieron siete fichas en la forma que suelen los jugadores; el perro, que tenía una doble, la cogió con la boca y la puso en medio de la mesa, y así fueron haciendo jugadas sucesivas, hasta que al observador se le ocurrió poner, para desconcertar al perro, una ficha que no casaba con la puesta anteriormente; entonces el perro jugador no puso la suya; empezó a ladrar, y viendo que no le hacía caso, con el hocico empujó la ficha mal puesta; siguieron jugando, y el perro acabó por ganar la partida. Indudablemente, aun cuando no lo dice Franklin, el amo del perro estaría cercano, y por señas aprendidas indicaría al inteligente animal la ficha que debía jugar.

Son tan repetidos los ejemplos de inteligencia y fidelidad del perro, que todo el mundo recordará sin duda haber observado algún caso interesante, y bien sabidos son los ejemplos de perros que no han querido abandonar el sepulcro de su amo, o han salvado a personas que se estaban ahogando, o han muerto valerosamente defendiendo a sus dueños.