El perro, antiguo y fiel compañero de la especie humana


“El perro -dice el naturalista Federico Cuvier- es la conquista más notable, la más completa, la más útil que pudo hacer el hombre; toda la especie ha llegado a ser propiedad nuestra. El perro pertenece enteramente a su amo, se conforma con sus necesidades, lo conoce, lo defiende y le es fiel hasta la muerte. Y obsérvese que no es el temor ni la necesidad lo que lo induce a obrar así, sino el amor y el cariño. El perro es el único animal que ha seguido al hombre por toda la superficie de la tierra”.

Desde remotísimas épocas el perro ha sido siempre fiel compañero del hombre. Los egipcios se sirvieron desde muy antiguo de los perros de caza, sobre todo de los lebreles, y en sus monumentos y jeroglíficos pueden verse con frecuencia representados como símbolo de la vigilancia. En toda Asia llegó a tributarse culto a muchas divinidades representadas en forma de perro. Entre los griegos y latinos era el perro animal favorito. Homero, Virgilio y otros clásicos ensalzan sus nobles cualidades y nos citan numerosos ejemplos que prueban el aprecio en que tenían a este animal. Cuentan, entre otras cosas curiosas, que Sócrates juraba por su perro; que Alcibíades pagó por uno 7.000 dracmas (muchos miles de pesos) ; que Alejandro Magno tuvo uno cuya muerte sintió tanto su amo, que hizo edificar templos en su honor.

En tiempos recientes el perro ha conservado siempre este mismo aprecio, y con los ejemplos de perros célebres que es dable citar, se podrían llenar multitud de volúmenes.