Cómo juegan las águilas jóvenes en la región de las nubes


Hállanse dotadas las águilas de una vista maravillosa, don del cual son deudoras a la Naturaleza; pero poseen además una destreza exquisita para recoger los objetos en el aire, que perfeccionan con la práctica, aunque en ellas esa condición es hereditaria. En una ocasión viose a un águila apoderarse de un gallo del bosque, al caer por el aire, muerto por un cazador. Otra descendió como un rayo, y echó la garra a una liebre que corría velocísima perseguida por lebreles. Las águilas jóvenes se ejercitan en estas rapiñas a fin de adquirir la práctica que necesitan.

Una de estas águilas jóvenes cazó en cierta ocasión una liebre en las montañas y con ella se remontó hasta las blancas nubes. Cuando ya se había elevado muy alto, soltó su presa; mas a los pocos segundos, dejóse caer como una flecha, y la recogió en el aire. Volvió a elevarse con ella, y de nuevo efectuó el mismo juego, repitiéndolo varias veces y cogiendo siempre a la liebre mientras descendía por el espacio. A la vez que el aguilucho se entretenía, ejercitábase inconscientemente en adquirir una práctica que le había de ser muy útil durante toda su vida. Pero no deja de causar admiración que un ave pueda dejar caer un objeto tan pesado como una liebre, y que cuando ya ha descendido un buen trecho, se arroje tras él y logre darle alcance antes de que llegue a tierra.