El doctor Nansen y sus valientes perros esquimales


El perro esquimal puede ser tan leal a su dueño como otro cualquiera, pero lucha con sus congéneres con temible ferocidad. Muchos de los perros que el doctor Nansen llevaba consigo en su célebre expedición a las regiones árticas perecieron de este modo. Al ser puestos en libertad por la noche, trababan entre sí rudas batallas; todos ellos se revolvían contra el que parecía flaquear, y lo mataban. Llegó un día en que, durante una marcha en trineo sobre los hielos, el doctor Nansen se vio obligado a sacrificar a algunos de estos animales para alimentar a los supervivientes. Fue una determinación tan triste como poco útil, porque los perros mostraban repugnancia hacia la carne de sus compañeros muertos. Algunas veces se resistieron de tal modo a comerla, que fue menester darles una parte de las provisiones economizadas para el doctor y el único compañero que permanecía a su lado.

Pero tan escasos llegaron a ser los alimentos, que los perros se vieron obligados a vencer su repugnancia. Aunque resultaba doloroso para los dos hombres que componían la pequeña expedición, uno tras otro fueron muertos todos los perros, hasta que sólo quedaron dos. No había comida para ellos; y los exploradores, cuando hubieron llegado al mar libre, tuvieron que convertir en balsas sus trineos. Los pobres animales habían dejado de ser útiles, y no era posible mantenerlos si se los admitía como pasajeros. Por otra parte, abandonarlos en tierra era condenarlos a morir de hambre. Era, pues, más clemente poner fin a sus vidas.

Sólo que al considerar lo que iban a hacer, pareció a los dos exploradores que se preparaban a cometer un asesinato. Eran aquellos perros los mejores del atalaje. Uno de ellos se distinguía por habérselo hallado siempre de guardia junto a los perros que sucumbían en sus luchas nocturnas. En la mañana siguiente a una de esas batallas terribles, en que había caído un perro víctima de la ferocidad de sus compañeros, sólo aquél se encontraba velando como un centinela al lado de los restos del sacrificado.