Cómo perdieron sus alas las aves que no las usaban


Es probable que todas las grandes aves que hoy en día no vuelan, sean descendientes de otras, voladoras, si bien existen en el ala del avestruz unas pequeñas garras, lo que ha hecho suponer que no se trataba de un ala atrofiada sino de una pata. Sea como fuere, es muy probable que el moa, el avestruz, el casuario, el kivi, el ñandú y el pingüino, poseyeron en otras edades el uso de sus alas.

La mayor parte de las aves necesitaba volar para buscarse el sustento y huir do sus enemigos carnívoros. Su vida era difícil, y necesitando valerse de las alas, las emplearon activamente, favoreciendo con ello su desarrollo y aprendiendo a volar. Al decir de los transformistas, las aves que no vuelan descienden de las que se hallaron en lugares privilegiados, en los que abundaban los alimentos y escaseaban los enemigos; de manera que, aunque poseían la facultad de

volar, fueron gradualmente abandonando el uso de sus alas.

Con el transcurso del tiempo perdieron éstas su fuerza y tamaño, hasta un día en que no sirvieron ya ni para levantar del suelo a las aves que por falta de uso las habían dejado atrofiarse. Su utilidad quedó desde entonces reducida a la que nos prestan los brazos y las manos durante la marcha. es decir, favorecer el equilibrio del cuerpo.