Marco Polo, Cristóbal Colón y otros grandes viajeros


En primer término deberíamos ocuparnos de los insignes viajeros: Marco Polo y Cristóbal Colón. El primero, con su maravilloso viaje a Extremo Oriente, llevó a conocimiento de los europeos la realidad de antiguas y brillantes civilizaciones orientales, dando cuenta de la existencia de Japón y Madagascar, completamente desconocidos por los occidentales, y moviendo con el relato de sus aventuras a varios hombres audaces a realizar arriesgadas exploraciones por mares desconocidos, para descubrir y dar a conocer ignoradas regiones del planeta. Su viaje y sus escritos tuvieron no poca relación con la hazaña del segundo, Cristóbal Colón, quien movido por genial impulso llevó a cabo un descubrimiento sensacional, mucho más importante do lo que él mismo pensó; pues creía haber llegado a la India y, en cambio, tuvo la gloria de descubrir un nuevo, enorme y maravilloso continente: América.

Pero, como de ambos grandes hombres hablamos en otros capítulos de este mismo libro, pasaremos ahora a relatar las hazañas de otros viajeros y exploradores famosos.

Comenzaremos por mencionar, sacandólos del olvido en que la mayor parte de la gente los tiene, a los viajeros más destacados que realizaron exploraciones entre los años 1295 y 1492, es decir, entre el regreso de Marco Polo y la partida de Colón, respectivamente.

Entre los años 1323 y 1328, fray Oderico de Pordenone, franciscano italiano, viajó a China por la India y Malasia, y regresó a través del Asia central. Durante treinta años (1325-1355) el árabe Ibn Batutah exploró el Asia central y el norte de África.

En el primer cuarto del siglo siguiente comienzan a destacarse los exploradores y navegantes portugueses con una serie de viajes marítimos a la costa occidental de África que los lleva, poco a poco, al descubrimiento del cabo de Buena Esperanza y la ruta a la India, a través de los océanos Atlántico e Indico. En efecto, entre los años 1427 y 1431 Diego de Seville descubre algunas de las islas Azores. Poco después, en 1434, Gil Eanes (Gilianes) dobla el cabo Bojador, y Alfonso Baldaya desembarca cerca de Río de Oro, en 1436. En 1444 Ñuño Tristán llega hasta el río Senegal; un año después Dionisio Días dobla el cabo Verde. Pasan luego casi cuarenta años sin que se logren progresos visibles en el avance portugués hacia el sur de África, hasta que en 1484 Diego Cao descubre las bocas del río Congo. En 1487 Pedro Cavilha viaja a la India atravesando a Egipto y Arabia, y visita las costas orientales de África, al sur del río Zambeze, al tiempo que su compatriota Bartolomé Días descubre el cabo de las Tormentas, que se llamó después de Buena Esperanza, y es el primero en doblar el extremo sur de África, abriendo así el camino por mar hacia Oriente.