Los antiguos médicos que nada conocían sobre el funcionamiento del cuerpo


Hasta entonces nadie sabía nada sobre la acción del corazón humano, el movimiento de los miembros, el funcionamiento de los pulmones, el proceso de la digestión, o sobre la manera cómo el calor se mantiene en el cuerpo. Naturalmente, pues, el tratamiento era muy sencillo. Sin comprender el funcionamiento del cuerpo humano, no podían tener ideas claras acerca de la enfermedad que el paciente sufría. Tratar una dolencia bajo tales circunstancias es, en rigor, imposible. Hipócrates mejoró mucho semejante estado de cosas. Estudió con ahínco, y puso en uso un nuevo y notable sistema terapéutico.

Cuando una persona estaba enferma, Hipócrates observaba cuidadosamente el progreso de su padecimiento. Las personas que sufriesen de enfermedades similares debían ser afectadas del mismo modo; por consiguiente, conocido el curso ordinario de la dolencia, podía predecir lo que ocurriría, tomar precauciones para los períodos que debían seguir, y disponerse para luchar con cualquier nuevo aspecto del mal. Ello puede parecer poco importante, mas lo era en un tiempo en que los médicos, no sabiendo nada sobre enfermedades, trataban al paciente como si la dolencia de cada día no guardase ninguna relación con la del día anterior.

Los médicos eran meras máquinas inconscientes; Hipócrates los hizo observadores, meditativos y experimentadores. Desde luego, en su sistema no había aún mucho de notable, pero el más joven de nosotros puede ver que lo hasta aquí dicho ya constituye un hecho grandioso en la historia de la medicina.