El vigor del teatro estadounidense del siglo XX


Uno de los países que ha dado mayor aporte a esta corriente renovadora en el teatro es Estados Unidos. Ha puesto en escena, por medio de dramaturgos vigorosos y de talento, la problemática del hombre corriente, el caos y la confusión de la época. La figura angular de esta escuela es Eugenio O'Neill, autodidacto, que luego de una vida errante y aventurera se dedicó a leer afanosamente y a escribir, y así nació su vocación para la escena. Ya es considerado un clásico en la dramaturgia contemporánea. Talento originalísimo y de concepción libre, sin prejuicios ni convencionalismos, llevó su teatro al centro de la vida misma, creando en sus obras de singular resonancia un colorido mundo poético. Realizó en la escena experimentos sustanciales tales como el escenario de acción simultánea, y el empleo de coturnos y máscaras. Si bien es cierto que el naturalismo de algunos de sus dramas fue audaz, hay en otros misticismo religioso y modernísima psicología, pues se ha inspirado mucho en el psicoanálisis al retratar criaturas de mente torturada. Los hombres y mujeres, con sus deseos y pasiones, aparecen en lucha con las normas éticas y los convencionalismos existentes.

Extraño interludio, Anna Christie, El emperador Jones, El mono velludo, Todos los hijos de Adán tienen alas. El deseo bajo los olmos, tanto en la escena como en su adaptación cinematográfica provocaron extraordinarios éxitos de público. Lo más importante es que significaron un sacudimiento en los ambientes teatrales, el impulso y el estímulo para la formación de una nueva corriente dramática. El gran Dios Brown y El luto le sienta bien a Electra, Más allá del horizonte, recuperan la esencia de la gloriosa tragedia griega. O'Neill mereció el premio Nobel en 1936.

Elmer Rice escribió para la escena: La máquina de sumar que se ha representado en muchos países del mundo, La diadema de nieve, Escena callejera que mereció el premio Pulitzer, máxima distinción estadounidense a la mejor obra literaria, teatral o periodística del año, Nosotros el pueblo, El día del Juicio, Ciudad imperial, La nueva vida. Su acento es moderno y revolucionario. Thornton Wilder, novelista y escritor teatral nació en 1897 y viajó por Roma y China. Profesor de la Universidad de Chicago, dio a la escena algunas obras singulares: Nuestro pueblo y La piel de nuestros dientes y también conocidas novelas: El puente de San Luis Rey, que fuera llevada al cine, y Los idus de marzo.

De las promociones más recientes se han destacado Tennessee Williams poeta sutil y fuerte, que mueve a los seres con arrebatada naturalidad. Su lenguaje es sobrio, limpio, humano. Sus obras se difunden en varios idiomas. El zoológico de cristal, Un tranvía llamado deseo (Pulitzer 1948) en esta obra, con pinceladas magistrales describe dolorosa y crudamente, el drama de una bella mujer de Nueva Orleans con un pasado fantasmal que quiere ocultar y muestra su final destrucción mental y moral. Denominó Verano y humo a una de sus últimas producciones dramáticas.

Problemas ideológicos que han sacudido la conciencia de pueblos enteros en nuestros días, han ofrecido a Arthur Miller la inspiración para sus biografías teatrales de seres contemporáneos en La muerte de un viajante, Todos eran mis hijos y Panorama desde el puente. Las brujas de Salem está documentado en un hecho verídico de la historia norteamericana, ocurrido en esa ciudad.