Olaf, el rey héroe de Noruega, que hizo frente a los irritados campesinos


Después de socorrer a Etelredo de Inglaterra contra los daneses, esperó que le llegase la ocasión de hacer valer sus derechos sobre el trono de su padre. Haciendo frente a los irritados campesinos, que se oponían a sus reformas, derribó su ídolo con un golpe de maza, y tras muchas maravillosas aventuras murió peleando desesperadamente al frente de los suyos el 31 de agosto de 1030 entre los gritos guerreros de: “¡Adelante hombres de Cristo, Cruzados, hombres del Rey!” “¡Adelante, adelante, campesinos!” Sábese la fecha exacta porque al morir el rey hubo un eclipse total de sol, lo cual aterró a los campesinos, pues lo creyeron señal de la ira de Dios. San Olaf fue enterrado en Ni-daros, hoy Trondhjem, junto a la boca del Nid, en el fiordo Trondhjem.

En tiempo de Olaf, Leif el Afortunado se hizo a la vela hacia Occidente y descubrió el primero a Groenlandia y las costas de Norteamérica, cerca de la desembocadura del San Lorenzo, y de la península del Labrador.

A comienzos del siglo xv uniéronse los tres reinos bajo la supremacía de Dinamarca, unión que duró más de 150 años. Sin embargo, este tiempo se señaló por frecuentes y encarnizadas luchas entre los tres reinos y por guerras contra la Liga Hanseática, que había llegado a ser muy poderosa. Por otra parte, la Liga, en su interés, no quería la unión entre los reinos escandinavos.