Jordania, Siria y Líbano. Tres naciones de características muy similares


Jordania, Siria y Líbano integran un pequeño reducto geográfico, que constituye el extremo noroccidental del bloque de naciones del Asia árabe.

Siria es el más extenso de los tres países nombrados, y Líbano el más pequeño; pero como compensación natural, la mayor parte de Siria está ocupada por el desierto, en tanto Líbano goza de condiciones climáticas excepcionalmente buenas; ambos poseen una amplia faja costera sobre el Mediterráneo, privilegio que Jordania no comparte.

Siria y Líbano son estados soberanos e independientes desde 1920, si bien por mandato de la Sociedad de las Naciones fueron administrados por Francia hasta 1941. Ambos se organizaron como repúblicas democráticas. Posteriormente, en 1958, Siria integró con Egipto un Estado federal que recibió el nombre de República Árabe Unida, al que ambos países ingresaron sin renunciar a sus respectivas soberanías. Poco tiempo después, en los últimos meses de 1961, Siria se desvinculó del organismo y reasumió sus anteriores instituciones.

El reino de Jordania, llamado antes Transjordania, integró el imperio otomano, como los precedentes, hasta la primera Guerra Mundial, y luego su territorio pasó a formar parte del mandato de Palestina, hasta que en 1946 proclamóse su indepedencia. Su primer soberano, el emir Abdullah Ibn Al-Hussein, fue asesinado en 1951, y su heredero, coronado rey entonces con el nombre de Talal I, sólo ocupó el trono hasta mayo de 1952; abdicó, y su hermano Hussein I ciñó la corona de Jordania.