Aunque habitado desde hace 6000 años, la historia de Irak es muy breve


Hace más de seis milenios que la planta del hombre holla el suelo de la Mesopotamia; empero, la historia del Irak propiamente dicho sólo se inicia tras el fin de la primera Guerra Mundial.

Durante las hostilidades, en la apuntada circunstancia, árabes nacionalistas pobladores de la región que nos ocupa se alzaron contra el dominio del Sultán de Turquía, que los subyugaba, y combatieron contra él, colaborando con las fuerzas de Gran Bretaña, empeñadas también en lucha contra los otomanos. Concluida la guerra, la Liga de las Naciones estableció un mandato sobre Irak, y comisionó al gobierno británico su administración. Aunque la monarquía se estableció en 1921, cuando el emir Feisal, entonces rey del Hedjaz, fue coronado rey de Irak, ad referéndum, la independencia del país sólo se alcanzó en 1932. En dicho año el mandato británico caducó, y el Irak fue reconocido como Estado soberano e independiente. El rey Feisal ocupó el trono por poco tiempo, pues un accidente automovilístico tronchó su existencia meses antes del estallido de la segunda Guerra Mundial; su hijo, príncipe Feisal, ciñó la corona real cuando apenas había cumplido los cuatro años de edad; su destino fue trágico, pues el 14 de julio de 1958 fue asesinado por los revolucionarios que derrocaron la monarquía y proclamaron la república. El brigadier general Abdul Karim el-Kassem, uno de los jefes del movimiento, asumió el poder y declaró que el Irak seguiría la política de la República Árabe Unida, por ser parte integrante de la nación árabe, pero no se unió federalmente a aquélla.