Alas y tractores sobre la meseta del rey


Byrd es el águila de ambos polos. En 1929 preparó un vuelo sobre la Antártida, y fue entonces el único hombre que había surcado los cielos de ambos extremos. Esos viajes le sirvieron para acumular conocimientos que aprovechó, en 1933, para una expedición de mayor envergadura. Este viaje se distingue por ser el primero en que se empleó maquinaria moderna para la conquista del Polo Sur. Aviones y tractores rompieron el silencio de las llanuras heladas con el jadear de sus motores, durante meses recorrieron la Antártida y los resultados de la exploración dieron magníficos frutos para los estudios meteorológicos. El gran campamento de Byrd en el lugar que llamó Little America (Pequeña América) se ha convertido en una estación de observaciones, base para futuros reconocimientos polares.

En el año de 1947, el almirante Byrd organizó una nueva gran expedición y descubrió regiones cuya existencia ni siquiera se sospechaba.