Cien millones de microbios cabrían en una moneda pequeña


Cuando crecen en lugar determinado, pueden ser redondos o muy cortos, y luego, al cambiar de ambiente, volverse largos y delgados. Esto depende del medio en que se encuentran: si este medio es bueno, alcanzan las formas perfectas de su especie, mas, si el medio es inconveniente, se enquistan tomando formas generalmente esféricas, que abandonarán cuando puedan crecer. Algunos microbios tienen una forma característica según sean jóvenes, adultos o viejos, y otros adoptan formas que dependen de si su “dieta” es completa o les faltan sustancias nutritivas, buena temperatura, humedad.

Si se tiene en cuenta lo que realizan los microbios, su pequeñez es cosa maravillosa. Por término medio, no miden más de un diezmilésimo de milímetro. Si colocáramos en línea, de forma continua y unidos por sus extremos, diez millones de los microbios más largos, apenas alcanzarían a un metro, mientras que se necesitarían cien millones para cubrir con una sola capa una moneda pequeña, y mil millones para formar una masa del tamaño de una gota de agua.

Esto os dará una idea de lo infinitamente pequeños que son estos seres; y no debemos olvidar que hay otros todavía más diminutos, de tal modo que no lograríamos verlos ni con auxilio del microscopio, no obstante haber instrumentos tales que los aumentan hasta cien mil veces. Cuando el microbio ha alcanzado su mayor desarrollo, no deja de nutrirse y de crecer, pero se divide en dos partes. Ahora bien, alguna razón habrá por la cual una célula viviente, joven y vigorosa, que no carece de alimento, en vez de seguir creciendo se detiene al llegar a cierto punto, a partir del cual, o bien cesa su desarrollo, o bien se divide, convirtiéndose de este modo en dos células.