El cristalino que pierde elasticidad ocacionando la vista larga


La vista larga de las personas de edad es principalmente debida a cambios sufridos por el cristalino. Su elasticidad, cualidad importantísima, disminuye; y así la lente no se arquea cuando cesa de aplanarla la tensión del saco que la contiene, como había sucedido siempre, y el cristalino queda permanentemente plano. En la extrema vejez, éste pierde su elasticidad hasta el punto de no cambiar ya la forma ni poco ni mucho.

La primera señal de que este cambio va a tener lugar es que la persona empieza a leer difícilmente a una luz débil. En este caso es mucho mejor atender, desde luego, a la alteración y usar los cristales convenientes que tratar de luchar con ella; pues este empeño no produce beneficio alguno, sino que de él puede resultar, y resulta, el mismo perjuicio que el irrogado al niño que se “educa” sin los cristales que por su larga vista necesita. Lo mismo ocurre, pues, en el presente caso; por lo cual hay que recurrir al instante a los cristales convenientes, y usarlos sin reparar en la opinión equivocada que supone que su uso es un signo de dolencia o debilidad, y que, por tanto, debe lucharse contra la necesidad de llevarlos.

Ahora bien, es necesario luchar contra la debilidad y nada hay que esperar de personas que no se dedican a esta lucha; pero, si consideramos bien la cuestión, veremos que la debilidad está en tener la vanidad o el descuido de querer prescindir de los cristales. De todos los males que afligen a la humanidad, pocos hay cuyo remedio sea tan fácil, seguro, cómodo y barato, como el de los llamados errores de refracción, que sucintamente acabamos de estudiar en conjunto.