La sustancia maravillosa de la cual basta un gramo para hacer de un blanco un negro


Cuando recibimos un gran susto, es muy corriente que nos pongamos pálidos. Ello se debe a que la sangre que se hallaba en la piel abandona ésta para dirigirse a los músculos y órganos internos, disponiéndolos para la acción, la lucha o la huida. Así, pues, vemos que la piel obra como un depósito de reserva de la sangre. Pero en aquélla no sólo se acumula el fluido sanguíneo, sino también un exceso de grasas, azúcares y agua, que espera allí la oportunidad de ser utilizado por los diversos órganos.

Todos nos hemos preguntado alguna vez qué es lo que hace tan diferente la piel de un blanco de la de un negro. La epidermis de este último tiene una sustancia llamada melanina, que le da su color oscuro característico.

Apenas un gramo de este pigmento basta para crear la diferencia que hay entre una piel morena y una blanca.

Actualmente se estudia en los laboratorios la posibilidad de inhibir, mediante ciertas sustancias químicas, la producción de melanina en el organismo, de manera que no está lejano el día en que lograremos tener la piel le tan clara u oscura como deseemos.

Cuando alguien sufre una grave quemadura, que afecta una región extensa de su piel, se hace necesario reemplazar la parte dañada. ¿Será posible cambiarla por un trozo de piel de otra persona? El transplante sólo tiene éxito si se emplea piel de otra parte del mismo cuerpo o del de un mellizo; hasta tal punto es la piel algo personal, propio de cada uno de nosotros. Cuando se usa para estos fines piel de otra persona el injerto sólo dura breve tiempo, lo cual no es un inconveniente en ciertas curaciones, Por eso muchos hospitales guardan una cantidad de piel en previsión de ciertos casos de quemaduras graves.