El punto del ojo que es ciego y el punto que ve mejor


Inmediatamente al lado de este punto ciego hay otro que se llama la mancha lútea, o mancha amarilla, y así como el primero es ciego, el otro es la parte de la retina donde mejor se realiza la visión. Esta parte está formada exclusivamente de conos, y por eso hemos dicho que los conos son más importantes que los bastoncitos. Este punto ha recibido el nombre de mancha amarilla, porque en él hay cierta cantidad de material amarillo que impregna el tejido de sostén existente entre las células. No se sabe aún la razón de su existencia.

Estudiando detenidamente la mancha amarilla, vemos que todo está dispuesto allí para que la visión se verifique en buenas condiciones. Las ocho capas situadas en frente de los conos -hemos visto que estaban situadas por delante de las células visuales en toda la extensión de la retina- están reducidas a su menor espesor en este punto especial. Algunas de ellas, prácticamente, no se encuentran. Además, no hay vasos sanguíneos de importancia que pudieran de algún modo interceptar el paso de la luz, sino únicamente capilares que son en general, como se ha dicho, de extraordinaria finura.

La mejor visión se efectúa por medio de esta mancha. Cuando deseamos ver un objeto con precisión, movemos los ojos hasta que la luz que de tal objeto procede cae en la mancha amarilla, y la función principal de los músculos motores de los globos del ojo es moverlos de tal manera que la luz procedente del objeto que deseamos ver con claridad caiga dentro de la mancha amarilla de cada ojo. Resulta evidente, de todo lo dicho, que los conos son en realidad los instrumentos de la visión diurna.