Los dientes que conforman nuestro aparato masticatorio


Los dientes lisos situados en la parte anterior de la boca se llaman incisivos o cortantes; los de al lado, caninos, porque éstos son los que adquieren más desarrollo en el perro, y los demás llámanse indistintamente molares o muelas. La última muela de cada lado de ambas mandíbulas suelen denominarse, como hemos dicho ya, muela del juicio. Es indudable que los dientes y las mandíbulas del hombre van siendo, de día en día, más pequeños y endebles, y existen no pocas personas a quienes jamás les han salido las muelas del juicio.

La razón de ello estriba, como es natural, en que los dientes van perdiendo gradualmente su importancia a medida que el hombre los ejercita menos, ya que ingiere alimentos cocidos y hasta triturados. Hoy podemos escoger y cocer lo que comemos, y aunque una buena dentadura es siempre un don del Cielo, hay muchas personas ancianas que han perdido todos sus dientes, sin que por eso los echen de memos.

Los dientes de la mandíbula superior y sus correspondientes de la inferior no están exactamente colocados enfrente unos de otros. De modo que si el individuo pierde una muela, la que corresponde a la misma en la otra mandíbula no le será inútil mientras viva: aun viene a endentar en parte con la muela que está al lado de la desaparecida. Esta peculiar disposición es de suma importancia y si no fuese por ella, el perder una muela equivaldría, por cierto, a perder dos. Cuando han salido ya todos los dientes, éstos no crecen más. Si se cuidan bien, se conservarán sanos. Este principio es muy cierto para todo órgano de los seres vivientes, y es necesario que conozcamos la manera de conservar la dentadura en buenas condiciones, si queremos valemos de ella.

En algunos animales van creciendo los dientes continuamente, pero caen uno tras otro; de manera que no los conservan mucho tiempo. Si un animal ha perdido una muela por accidente fortuito, la de enfrente continuará creciendo sin que nada la desgaste y puede alcanzar tal desarrollo que obligue al animal a tener la boca abierta al extremo de no permitirle comer, muriendo al fin de hambre.

Los animales que se nutren con la carne de otros poseen dientes largos, afilados y cortantes. Estos animales se llaman carnívoros o comedores de carne. Los que viven de hierbas o vegetales, de cualquier clase que sean, se denominan herbívoros o comedores de hierbas. Éstos no tienen por lo general dientes cortantes, sino sencillamente dientes destinados a triturar y moler. Un animal que sea roedor, como el conejo, tendrá dientes adaptados a ese fin.

Es una cuestión interesantísima la de decidir, por medio del estudio de los dientes, la clase de alimento que el hombre debe ingerir.