La importancia de la higiene bucal en la salud de los dientes


También debemos cuidar constantemente de conservar bien limpia la boca y de asegurarnos de ello todos los días, especialmente por la noche. Si no lo hacemos aparecerán los microbios que formarán ácidos, especialmente uno que se llama ácido láctico, igual al que se halla en la leche agria, y que puede disolver lentamente el esmalte de los dientes. Afortunadamente nuestra saliva ejerce su acción sobre este ácido, haciéndolo desaparecer, porque contiene lo que se llama un álcali, y un álcali, en presencia de un ácido, se combina con él. Es mucho mejor que el ácido se combine con el álcali de la saliva que con la sustancia alcalina de los dientes. Hemos de conservar, por lo tanto, la boca y los dientes muy limpios, sirviéndonos de los polvos especiales dentífricos, que a la vez son alcalinos y antisépticos, o sea, venenosos para los microbios. Debemos usar estos polvos por la noche y por la mañana, procurando servirnos de un cepillo que no sea muy duro, -porque podría provocar el desgaste del esmalte o hacer sangrar las encías-, y frotar los dientes con suavidad, no de un lado para otro, sino de arriba abajo, a fin de dejar bien limpios los espacios que hay entre ellos.

Para limpiarnos los dientes debemos preferir los polvos dentífricos a cualquier líquido, con tal que sean finos sin la menor partícula que pueda rayar el esmalte del diente. Además, los polvos ofrecen sobre el líquido la ventaja de que frotando sencillamente los dientes con ellos se evita la formación de esa materia de color pardo llamada sarro, que de otra suerte es inevitable. Los mejores polvos se componen de una mezcla por partes iguales de polvos fenicados y carbonato de cal preparado al efecto, todo lo cual resulta muy económico, Estos polvos son muy suaves, muy antisépticos y fuertemente alcalinos y agradables. Ninguno de los específicos que se anuncian para la limpieza y conservación de los dientes es tan bueno como este preparado, y el más barato de todos ellos cuesta más que él.

Es de importancia suma saber, a fin de conservar bien la dentadura, si hemos de desterrar el azúcar, pues a todos los niños les gusta esta sustancia, a todos les apetecen los dulces, y si estas cosas son buenas para ellos, aun cuando sean nocivas para sus dientes, veamos qué es lo que se debe hacer. Cierto es que el ácido láctico formado por los microbios en nuestra boca, y que puede disolver el esmalte de los dientes, proviene del azúcar. Una molécula de este producto queda dividida por los microbios en dos moléculas de ácido láctico.

Pero si cuidamos de la limpieza de la boca, que es todavía más importante que la de la piel, no haya temor de que nuestros dientes se perjudiquen porque los microbios que producen este cambio en el azúcar no pueden prosperar más que en una boca que no se conserve limpia.