El valor del aire como alimento y cómo podemos tener hambre del mismo fluído


Las sustancias que nuestro cuerpo absorbe diariamente del mundo exterior son aire, agua, luz, sales, alimentos musculares o sea proteínas y vitaminas.

En general no solemos considerar el aire como un alimento, y, sin embargo, no existe mayor razón para llamar alimento al carbono que la que tendríamos de llamar de esta manera al oxígeno, que con el primero se combina en el interior de nuestro organismo. El aire, o más bien el oxígeno, debe ser considerado, pues, como alimento, porque reúne todas las condiciones de tal. Nuestros cuerpos hacen constantemente uso del aire, siendo necesarias cada vez nuevas cantidades del mismo. Luego, es posible estar hambriento de este precioso alimento, y en ciertas enfermedades en que el aire no puede llegar en cantidad suficiente a los pulmones es doloroso contemplar los terribles padecimientos del pobre hambriento de aire, según la gráfica expresión alemana. La gente suele a menudo preocuparse de la abundancia de los alimentos, y es sensible que no se preocupe igualmente de la calidad y pureza del aire que ha de respirar.