Caída del barón Danglars y su fuga de Francia


Ahora se supo que tanto Benedetto, como Caderousse, habían sido puestos en libertad por un misterioso inglés que había invertido grandes cantidades en facilitarles los medios de evadirse. Llamábase este inglés, Lord Wilmore; pero este personaje, el abate Busoni y el Conde de Monte-Cristo eran una misma persona, a pesar de que la policía lo ignoraba.

Danglars huyó de Francia inmediatamente después de su ruina, llevándose consigo una considerable suma que pertenecía a los hospitales de París.

En casa de Villefort nada había hecho Monte-Cristo para vengarse de aquel miserable. Desde un principio pudo observar que la segunda esposa de Villefort era muy aficionada a la química, por estar estudiando el arte de envenenar, y presintió que su venganza se estaba entonces fraguando. Habían ocurrido ya dos defunciones misteriosas en la familia de los Villefort; y la hermosa Valentina sufría también, según el médico, los primeros efectos de un tóxico lento.

Maximiliano Morrel, desesperando de la vida de Valentina, corrió a casa de Monte-Cristo en busca de consejo y de los necesarios socorros.

-¿He de dejar que escape con vida uno solo de esta raza maldita?-preguntóse Monte-Cristo;-y por Maximiliano resolvió salvar a Valentina.