La gran utilidad que brindaban las estrellas en tiempos primitivos


Si bien la Astrología estaba mezclada con gran cantidad de extrañas creencias, contaba en cambio con muchos conocimientos verdaderos. La posición de las estrellas, la manera aparente en que se movían el Sol, la Luna y los planetas, eran conocimientos positivos que tenían los astrólogos y que, salvo algunos perfeccionamientos, no difieren mayormente de los que poseemos en nuestros días.

Los antiguos habían observado que la bóveda celeste gira lentamente de Este a Oeste, manteniéndose todas las constelaciones en posición constante, unas respecto a las otras. Sabían muy bien esos astrólogos cuáles eran las estrellas y constelaciones que estaban hacia el Norte o hacia el Sur. Una estrella situada al Norte parecía estar fija, mientras todas las demás giraban lentamente en su torno. Hoy sabemos que eso es una apariencia, pues en verdad es la Tierra la que gira en sentido contrario. Si una estrella nos parece fija es porque se halla, precisamente, en la prolongación del eje de la Tierra.

En el hemisferio Norte hay una estrella, llamada Polar, que está casi exactamente encima del polo Norte, y como su posición no cambia, sensiblemente, con respecto a cualquier observador de la Tierra, puede servir de guía a los viajeros.

Los viajes han sido siempre importantes; pero debemos tener en cuenta que en la antigüedad no existían los medios de orientación de que se dispone en la actualidad, como la brújula, el girocompás, los radiofaros y el radar. Si bien la brújula ya se conocía en China, no se había difundido por el resto del mundo. De ahí que tanto los marinos que surcaban el mar como los guías de las caravanas que atravesaban los desiertos, debían guiarse por las estrellas.

Hemos dicho que en los tiempos actuales existen muchos procedimientos técnicos para orientarse y determinar la posición en que se halla un buque o un avión. Pero, no obstante ello, las estrellas siguen siendo muy útiles para determinar la situación exacta en que se halla el viajero. Por este motivo el piloto aéreo o naval debe conocer perfectamente las principales estrellas y la manera de orientarse valiéndose de ellas.