De qué modo el electroscopio nos muestra la composición de la lux


El espectroscopio es un instrumento óptico, constituido esencialmente por un prisma de cristal, de bases triangulares paralelas. Pero lo que interesa son dos de las caras laterales, que son planos que se cortan según las aristas respectivas. Si un haz de luz blanca penetra por una de esas caras, sale por la otra dividido en sus colores componentes, que presentan la misma sucesión que vemos en el arco iris. ¿Cómo se explica este fenómeno? Resulta que la luz blanca no es tan simple como parece y está formada por una mezcla de luces de distintos colores. Cada rayo de color diferente se desvía de cierta manera al penetrar en la primera cara del prisma, y aumenta su desviación al atravesar la segunda cara. Así sucede que, al salir del prisma, los rayos no están mezclados, sino separados en una sucesión determinada, semejante a la que observamos en el arco iris. Este hermoso fenómeno de la naturaleza consiste, precisamente, en la descomposición de la luz del Sol por millones y millones de gotitas de lluvia, que hacen las veces de prismas, cuando se presentan las condiciones adecuadas en la atmósfera.

La sucesión de colores que proyecta un prisma cuando es atravesado por un rayo de luz blanca, se llama espectro, de la palabra latina spectrum, que significa imagen; luego la palabra espectroscopio, formada por la anterior y la griega skopein, que quiere decir observar, mirar, se refiere al aparato que permite ver imágenes exclusivamente luminosas.

Cada elemento químico, que se vuelve luminoso por incandescencia o por cualquier otro medio, emite una luz especial, la que después de atravesar el espectroscopio revela todos los colores componentes. Las distintas clases de luz presentan un espectro, o imagen, característico.

Si en la llama de un mechero de gas colocamos un poco de sal de cocina, veremos una brillante luz amarilla, característica del sodio, que es un elemento químico contenido en ella. Si hacemos pasar esa luz por el espectroscopio, veremos que esa luz amarilla es simple, y no se puede confundir con ninguna otra luz amarilla proveniente de ninguna otra fuente luminosa. Si en la llama del mechero colocamos otros elementos, como el potasio o el calcio, y observamos la luz que emiten por medio del espectroscopio, podremos decir por qué sucesión de colores están formadas las radiaciones luminosas de cada uno de los elementos citados.

Se comprende, pues, cuan útil resulta el espectroscopio, para averiguar cuáles son los elementos químicos que originan una radiación al transformarse en un haz luminoso.