De qué manera la luz de las estrallas nos indican la naturaleza de su composición química


El hecho de que cada elemento químico emita una luz característica, que puede ser descompuesta y reconocida por el espectroscopio, es muy importante. Significa que si al mirar una luz determinada vemos en ella, a través del espectroscopio, una característica coloración amarilla, la fuente luminosa contiene sodio. Y si vemos las coloraciones que corresponden al calcio, es indudable que ese elemento químico se halla también en la fuente luminosa.

Ahora podremos comprender cómo los astrónomos pueden saber la composición de las estrellas, tan distantes que ni su disco consigue verse con el telescopio. Se enfoca el espectroscopio de modo que recoja la luz de la estrella en cuestión, y se analiza el espectro obtenido. Según las características y la sucesión de los colores que aparecen, podrán determinarse los elementos químicos que integran la estrella. De análoga manera se dirige el espectroscopio al Sol, a los cometas y hasta a las atmósferas de los planetas, para averiguar qué elementos químicos los componen.

Hoy, gran parte de los estudios astronómicos se refieren al análisis espectral de los astros, y los resultados obtenidos son verdaderamente estupendos. Hemos explicado ya cómo se averigua con este sistema la composición de los cuerpos celestes. Pero existen otros datos muy importantes, aparte de la composición, que nos puede brindar el espectroscopio: uno de ellos es el movimiento.